¿Estás poniendo en riesgo tu salud al consumir aceites vegetales?

Descubre la verdad detrás de los mitos y realidades sobre su impacto en el cuerpo humano y su relación con las grasas trans.
— Por: Antonio Barajas Andrade – Perito Nacional en Alimentos y Nutrición
La información disponible acerca de las propiedades de los aceites vegetales ha pasado por una montaña rusa en la que se ha castigado y resaltado, por igual, el consumo de los mismos.
Los aceites vegetales son una fuente importante de grasas en la dieta humana, y su consumo ha aumentado significativamente en las últimas décadas debido a su percepción como una alternativa más saludable a las grasas animales. Sin embargo, no todos los aceites vegetales son iguales en términos del impacto benéfico en la salud. Algunos, al pasar por ciertos procesos, contienen grasas trans, un tipo de grasa que se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.
En este mismo periodo de tiempo, investigaciones realizadas sobre el consumo de grasas trans, tal como lo refiere el Dr. Tedros
Adhanom, director general de la OMS, en su artículo “Una fórmula para una buena salud: tiremos las grasas trans al basurero de la historia y ofrezcamos opciones saludables a la población” en la misma página de la OMS, se han descubierto las características particulares de los mismos, permitiendo entender los riesgos de su consumo.
¿Cómo se originan las grasas trans?
Las grasas trans son un tipo de ácido graso que se forma cuando, de manera industrial, un aceite es convertido en grasa, es decir, pasa de su estado líquido a estado sólido, confiriendo propiedades de interés industrial como un tiempo de conservación, prologando y mayor resistencia a los procesos de fritura, sin embargo, esto compromete la salud de quienes los consumen.
Una respuesta a la salud y al consumo de grasas trans
A comienzos de febrero del 2023, la cámara de diputados en México aprobó la regulación de la presencia de grasas trans en los alimentos, limitándolas hasta su casi nulidad. Esta medida obedece al acuerdo gubernamental a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), conocido como “REPLACE trans fat”, el cual se apega a las medidas necesarias para la eliminación de las grasas trans en la producción industrial de los alimentos, ya que el consumo de este tipo de grasas se asocia a un aumento del riesgo por cardiopatía coronaria, y por consecuencia, muerte por esta.
Ante esta situación se desatan imprecisiones que pueden confundir al consumidor, la realidad es que, los aceites vegetales pueden variar en su contenido de ácidos grasos, incluyendo grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas. Cada tipo de aceite tiene un perfil de ácidos grasos único que puede afectar su sabor, textura y propiedades nutricionales.
¿Y el aceite de palma y las grasas trans?
Los aceites vegetales insaturados, tanto los monoinsaturados como los poliinsaturados, son considerados benéficos por que favorecen la salud cardiovascular. Estos se pueden encontrar en diferentes fuentes, incluyendo el aceite de palma para la elaboración de los platillos que de manera habitual preparamos, puede consumirse de manera responsable en la cocina diaria. Dejando de lado el efecto perjudicial de los ácidos grasos trans, ya que no se encuentran en este tipo de aceite.
El consumo de aceites vegetales no debe malinterpretarse, es importante estar informados sobre los efectos de los diferentes tipos de lípidos, por ello es siempre importante revisar las etiquetas de los alimentos que consumimos y procurarnos, en la medida de lo posible, el consumo de insaturados frente a los saturados.
Para reflexionar:
¿Sabías que el aceite de palma y las grasas trans son dos de los ingredientes más controvertidos en la industria alimentaria?
Mientras que el aceite de palma se utiliza en una amplia variedad de productos, desde alimentos procesados hasta productos de belleza, su producción ha sido criticada por su impacto ambiental y social. Por otro lado, las grasas trans, presentes en muchos alimentos fritos y horneados, son conocidas por aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y han sido objeto de regulaciones gubernamentales.
¿Qué opinas sobre el uso de estos ingredientes en la industria alimentaria y cómo crees que deberíamos abordar estas situaciones?”